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IN MEMORIAM DIEGO CATALÁN MENÉNDEZ-PIDAL (1928-2008)

Diego Catalán nunca dejaba adivinar que, desde hacía muchos años, padecía una grave afección cardiaca. Su incansable actividad incluía esta lucha constante contra la estulticia, el miserabilismo, la dejadez y los atropellos que amenazan el archivo del Romancero -que hemos contado en esta bitácora ,- y también su labor como investigador en correspondencia con sus colegas y amigos de todo el mundo, de todas las edades; sus excursiones diarias a pie, de ocho o diez kilómetros, monte a través, como amante de la naturaleza, y también su trabajo como estudioso y autor -acababa de corregir las galeradas de su última obra "La enigmática carta del Embajador, 28 de mayo / 6 de junio de 1562". En los últimos tiempos, había descubierto las posibilidades de internet , y trabajaba en el proyecto de digitalización de sus fondos documentales, y escribía para su bitácora: "Romancero de la Cuesta del Zarzal".
Para colmo, atendía a las sucesivas recuas de burócratas y políticos que lo convocaban, y le pedían proyectos e informes -que no serán capaces de leer- para ponderar por qué diablos hay tanta gente en medio mundo empeñada con él en salvar el Archivo del Romancero -del que era propietario-, depositado en la sede de la Fundación Ramón Menéndez Pidal, y por qué pretendía legarlo como Patrimonio de la Humanidad, cuando sería un negocio multimillonario venderlo a los coleccionistas, a los anticuarios, a las casas de subastas internacionales...
El día 9 de abril de 2008, murió Diego Catalán: sin pedir piedad ni tregua, como los insurrectos épicos que tan bien llegó a conocer.
Sus huestes, los que compartimos con él sus algaradas, sus ideales, su curiosidad intelectual y su endiablado sentido del humor, repartidos en varios países, tenemos el capricho de continuar con la batalla.
Seguiremos en defensa del Olivar de Chamartín y de su legado, contra los tenderos, los paniaguados, los peseteros, los pobres de espíritu, los tontiastutos, los corruptos, los amigos del escalafón y del sillón, contra la especulación y los especuladores, los sicarios, los recaderos infatuados, los siervos de la mafia cultural, política y económica, y contra los que se aferran a su miedo, a su ego, y a sus insidias, incapaces de vivir y razonar como hombres dignos.
Diego: va por ti, amigo.

Amigos del Olivar de Chamartín
Vía: "En defensa del Olivar de Chamartín"
Bitácora de Diego Catalán: Romancero de la Cuesta del Zarzal

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