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El Obispo de Orihuela declara que la homosexualidad es una enfermedad y que nadie quiere ser homosexual

El Obispo de Orihuela declara que la homosexualidad  es una enfermedad y que nadie quiere ser homosexual

En una entrevista del Obispo al frente de la Diócesis Orihuela-Alicante, publicada ayer en el Información , Rafael Palmero declara que la homosexualidad normalmente es una enfermedad, nadie quiere ser homosexual y contrario a leyes como la que permite el matrimonio entre personas del mismo sexo o la que posibilita el divorcio exprés y asegura que la Iglesia no está en contra del Gobierno del PSOE sino que actúa así por el momento que nos ha tocado vivir.

La vida civil adquiere unas características que no ha tenido en otras épocas históricas cuando había unas formas de gobernar distintas, dice el Obispo. Suponemos que se refería a cuando viviamos en una dictadura militar ultracatólica.

Respecto a la familia tiene claro y no se pone colorao para afirmar que uno nace en una familia de un hombre y una mujer. En el orden humano se pide eso. Uno busca en el diccionario qué es un matrimonio y dice que es la unión estable y duradera de un hombre y una mujer. Si nos colocamos dentro de la Iglesia elevamos la familia a la categoría de sacramento: la familia cristiana nace de la recepción de un sacramento por parte de un hombre y de una mujer. A partir de ahí viene la familia y lo que vaya por otro camino no es fruto de un sacramento. La institución familiar que nace de la unión sacramental está en vías de crecimiento. Lo que sea parafamiliar, parasacramental, paraunional... es una cosa que no se define con el concepto de lo otro.

Colectivos feministas y gays rechazaron las declaraciones del obispo de la diócesis Rafael Palmero, que cumple su segundo aniversario al frente de la Diócesis Orihuela-Alicante, los veinte años de su ordenación episcopal y en medio de un periodo de especial controversia en la Iglesia, haciendo unas declaraciones de lo más reaccionarias. Unas declaraciones del Obispo solamente se pueden valorar como ofensivas, delirantes, cínicas e hipócritas.

También ha sido claro al expresar que los homosexuales no tienen los mismos derechos que el resto de los ciudadanos " Hasta hace unos años dos personas del mismo sexo vivían juntas, y eso tenía un nombre. Además, ¿quién les ha dado los derechos? ¿Se los pueden dar quienes no los tienen?" que la homosexualidad es una desviación o enfermedad con la que no se nace " ¿Y eso quién lo dice? La biología dice que normalmente es una enfermedad, lo que pasa es que en algún caso puede haber una situación concreta que tenga otra explicación y tal, pero normalmente nadie quiere ser homosexual. "

La Síndic de Greuges, Emilia Caballero, representantes políticos y colectivos femeninos y homosexuales coincidieron ayer en sus críticas al obispo de la diócesis de Orihuela-Alicante, Rafael Palmero.

Palmero, igualmente, llegó a afirmar acerca de los malos tratos que "en otros tiempos había más paciencia y espíritu de sacrificio". Oyendo esto se puede afirmar que este hipócrita cristiano justifica el maltrato y no condena al maltratador, sino que insta a justificar estas acciones y a valorar que sean "sufridas" por parte de la mujer, que ha de ser "sacrificada y sumisa".

En esta misma línea, la ex vicepresidenta de la Asociación de Mujeres Juristas Themis, Obdulia Martínez, cree que "en pleno siglo XXI, la Iglesia debería partir de una base clara, que el respeto a los derechos y al dignidad de las mujeres, que no tienen porqué aguantar para salvaguardar determinados postulados cristianos". Martínez invitó a la jerarquía a "repudiar sin fisuras el maltrato y no intentar justificarlo con este tipo de declaraciones".
Por su parte, el coordinador de Decide-T, la asociación de lesbianas, gays, bisexuales y transexuales de Alicante, Manuel Velandia, tachó ayer las palabras de Rafael Palmero sobre la homosexualidad de "acto homófobo y temerario". Velandia sostiene que el obispo "es consecuente con su doctrina, porque al ponernos en la categoría de enfermos crea las condiciones para cumplir con su obligación moral, que es limitar nuestras actuaciones y abonar el camino a que nos sean negados nuestros derechos". "Esta visión homófoba no hace gala de la caridad cristiana de su propia doctrina", advierte.

La coordinadora EUPV, Glória Marcos, mantiene que las palabras de Palmero son un ataque bárbaro a los colectivos de mujeres y homosexuales. Marcos exige a la Iglesia que deje de hacer política desde los púlpitos. "Lo que tiene que hacer es ocuparse de sus asuntos y dejar de hacer campaña electoral", afirma.

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